Uno de los objetivos primordiales
del desarrollo es mejorar las condiciones de vida de las personas. Es conocido
que las condiciones de bienestar dependen de varios factores. Por un lado
existen las necesidades básicas que respondan a la sobrevivencia del individuo,
tales como alimentación, vestido, salud, educación y vivienda, entre otras. Por
otro lado existen otras necesidades que van brotando del mismo proceso de
desarrollo, tales como recreación, acceso a la cultura, etcétera, que se
convierten en penurias obligatorias para poder funcionar socialmente. La
calidad de vida de las personas es determinada por factores tangibles e
intangibles, sin embargo, los factores intangibles que determinan
sustancialmente la calidad de vida y/o el bienestar de las personas, tales como
la felicidad y la satisfacción personal, son los menos considerados en el
análisis económico. Este documento analiza la importancia de la felicidad en la
calidad de vida de los individuos desde una perspectiva económica.
Las teorías y el análisis
económico tradicional pueden ser sustentados mediante el análisis cuantitativo
y cualitativo de variables. Estas variables, tanto endógenas como exógenas,
pueden clasificarse a su vez como objetivas y subjetivas. Concretamente, el
análisis de variables objetivas se refiere al análisis de bienes tangibles
tales como el acceso a los servicios de salud y educación, el producto interno
bruto per cápita o bien el acceso a la vivienda en metros cuadrados. Por otro
lado, el análisis de variables subjetivas se refiere al estudio de lo
intangible. La satisfacción de las personas con determinado nivel de ingreso o
la seguridad y satisfacción que da habitar con la familia dentro de cierta
cantidad de metros cuadrados son buenos ejemplos. Sin embargo, el análisis y la
interpretación de las variables subjetivas se han quedado a la zaga. Los indicadores
subjetivos pueden resultar esenciales tanto para evaluar el éxito como para
determinar los objetivos de políticas públicas. Sin el apoyo de la población,
las políticas públicas en materia social están condenadas al fracaso en el
largo plazo, ya que la población difícilmente apoyaría los programas que el
gobierno implemente, puesto que se encuentra en menor o mayor grado
insatisfecha. Se puede asumir entonces que la satisfacción plena o la felicidad
de la población son factores fundamentales que determinan la calidad de vida
entre la población.
¿Qué es felicidad?
Según Veenhoven (2001), durante
siglos el término “felicidad” se ha utilizado como muletilla para todos los
significados de “calidad de vida”. En filosofía prevalecieron los dos primeros
significados: en la filosofía social el significado de “buenas condiciones de
vida” (felicidad como buena sociedad) y en la filosofía moral el significado de
“buena acción” (felicidad como virtud). En la ciencia social corriente
prevalece el tercer sentido: la palabra “felicidad” se usa frecuentemente para
indicar el disfrute subjetivo de la vida. El disfrute subjetivo de la vida no
es un asunto unidimensional.2 Se puede disfrutar de los placeres de la vida3
pero al mismo tiempo sufrir sus tensiones; igual que a uno le puede gustar un
aspecto determinado de la vida, como por ejemplo el matrimonio, al tiempo que
no le gusta algún otro aspecto, como por ejemplo el trabajo. En la literatura
existente sobre la “calidad de vida” subjetiva, estas apreciaciones se refieren
respectivamente a las “satisfacciones de aspecto” y a las “satisfacciones de
cada campo”. Estas apreciaciones parciales de la vida se distinguen de la
apreciación subjetiva de “la vida en su conjunto”. De acuerdo con Veenhoven
(2001), la felicidad es el grado con el cual una persona evalúa la calidad
total de su vida presente, considerada en su conjunto, de manera positiva. En
otras palabras, en qué manera aprecia una persona la vida que lleva. Si bien es
cierto que el término “felicidad” no dice mucho, la sensación de felicidad es
clara para todos. Existen sinónimos que pueden ayudar. La palabra
“autosatisfacción” entraña el mismo significado y se emplea a menudo en lugar
de “felicidad”. Una ventaja del término “autosatisfacción” sobre la palabra
“felicidad”, según Veenhoven, es que enfatiza el carácter subjetivo del
concepto. Otro sinónimo muy corriente es “bienestar subjetivo”; aunque esta
frase deja claro que es el sujeto quien realiza la apreciación, no está tan
claro lo que aprecia. El término no solo se utiliza para la satisfacción
respecto a la vida en su conjunto, sino también para contrariedades específicas
y humores pasajeros.
Otro concepto de felicidad.
En estudios anteriores, para
Heylighen (1992) felicidad puede definirse como “felicidad pasajera” y
“felicidad duradera”. Felicidad pasajera se refiere a un sentimiento agradable
o la experiencia subjetiva del bienestar. La felicidad duradera corresponde,
entonces, al predominio de sentimientos agradables en un periodo prolongado.
Esto equivale al grado en el que las personas se sienten satisfechas con sus
vidas en general. Aunque no es exactamente igual, este significado de felicidad
es casi sinónimo de satisfacción de vida, calidad de vida o, incluso,
autorrealización.
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