Uno de los más sensacionales descubrimientos del siglo XX fue el que
hizo casualmente Anna Guillon Mitchel-Hedges , una hija adoptiva del ex
procurador ingles Mitchell-Hedges a los 17 años de edad fue el de una
calavera de cristal de roca que halló casualmente en las ruinas de “un
templo Maya” el templo “ de la piedras caídas” en la antigua ciudad de
Lubaantun en Belice.
Estas calaveras de cristal tiene algo
excepcional y es la ausencia de suturas craneanas, mostrando” una
calavera perfecta de cristal de mujer” sin la más mínima señal de haber
sido trabajada o confeccionada con instrumento alguno.
Esta calavera de mujeres de cristal un peso aproximado de unos cinco
kilos, y está compuesta de dos partes ,lo que es el cráneo y la
mandíbula inferior se ajustan con toda perfección a la parte superior
del cráneo.
Haciendo varios experimentos con esta calavera de
cristal se han podido realizar varias comprobaciones ; por ejemplo que
poniendola algún tipo de luz artificial por debajo de la calavera sale
una luz potente por las cuencas de los ojos; incluso tiene la facultad
de multiplicar el haz de luz que salen por la cuencas de los ojos por la
nariz y por la boca con tal potencia de luz y de calor que es capaz de
encender fuego a una cierta distancia.
Fue el explorador británico F.A. Mitchell-Hedges
quien afirmó que fue desenterrada por su hija,
Anna, en 1924, durante una expedición realizada
en las ruinas mayas de Lubaantum, Belize, mientras buscaban
huellas de la Atlántida, en uno de los templos,
tras mover unas grandes piedras que cubrían un
altar.
En 1970 la familia Mitchell-Hedges entregó el cráneo
a los laboratorios de Hewlett Packard para su estudio,
en los cuales pudo comprobarse que el cristal fue tallado
en contra del eje natural del cristal, a pesar de que
los modernos escultores no lo harían, porque esto
provocaría la rotura de la pieza de cuarzo, ni
siquiera utilizando la tecnología láser,
ya que tendría idénticos resultados sobre
el cristal. Otro de los hallazgos sorprendentes consistió
en que no hallaron evidencia ni rastros de que se hayan
utilizado herramientas metálicas. La calavera fue
hecha de pura roca cristalina en un proceso de construcción
que, generación tras generación, abarcó
entre 150 y 300 años. Y dice que durante todos
los días de muchas vidas los mayas rasparon la
pieza cristalina original con arena.
Los expertos del British Museum hacen remontar la calavera
a la civilización azteca, fechando el origen (con
muchas dudas ) alrededor del 1300/1400 después
de Cristo. Sin embargo, los indígenas que acompañaron
a Mitchell-Hedges en Lubaantum (lugar de las piedras caídas)
y siempre según sus propias palabras, aseguraron
que el "Cráneo del Destino" tenía
más de 3.600 años de antigüedad.
Hasta
ahora se han descubierto varios craneos en distintos lugares
del mundo, estas son algunas:
- MAYAN: Esta calavera está tallada en cuarzo. Tiene 20,48 cm de largo, 12,54 cm de ancho, 10,79 cm de alto y pesa 3,95 kg. Pertenece a un supuesto "Monje maya". Dicen que fue descubierta en San Augustine, Aczahuanthan, Departmento De Zacopa, Guatemala, en 1912 por un tal Héctor Montano.
El misterio de las calaveras es enriquecido también por una leyenda que se remontaría a los mayas.
Tal leyenda cuenta que en el mundo existen 13 calaveras de cristal de tamaño natural, y cuando todas sean descubiertas, transmitirán a los hombres todo su conocimiento.
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