lunes, 28 de marzo de 2016

La cuarta dimensión - Tiempo cósmico.


Todos los niveles dimensionales de este mundo se encuentran aquí y ahora, hallándose unidos entre sí. La única diferencia entre los diferentes mundos dimensionales es su correspondiente longitud de onda. Ésta constituye la clave de todo el universo. Vivimos en una realidad creada exclusivamente por la longitud de onda. La correspondiente a nuestro mundo tridimensional es 7,23 centímetros. El promedio de longitud de todos los objetos en esta dimensión sería de 7,23 centímetros. Las dimensiones se encuentran separadas unas de otras por la longitud de onda, de la misma forma que lo están las notas en una escala musical. Cada tono de la escala suena de modo diferente debido a su longitud de onda. El piano tiene ocho notas blancas y cinco negras que, juntas, dan al pianista la escala cromática completa. Entre cada una de las escalas hay doce puntos armónicos; en términos dimensionales éstos serían los supertonos. Es lo mismo que sucede al cambiar los canales en un aparato de televisión. Cuando usted utiliza el control de canales, está sintonizando diferentes longitudes de onda.


domingo, 6 de marzo de 2016

LA FELICIDAD como medida de bienestar y calidad de vida: una perspectiva económica.

Uno de los objetivos primordiales del desarrollo es mejorar las condiciones de vida de las personas. Es conocido que las condiciones de bienestar dependen de varios factores. Por un lado existen las necesidades básicas que respondan a la sobrevivencia del individuo, tales como alimentación, vestido, salud, educación y vivienda, entre otras. Por otro lado existen otras necesidades que van brotando del mismo proceso de desarrollo, tales como recreación, acceso a la cultura, etcétera, que se convierten en penurias obligatorias para poder funcionar socialmente. La calidad de vida de las personas es determinada por factores tangibles e intangibles, sin embargo, los factores intangibles que determinan sustancialmente la calidad de vida y/o el bienestar de las personas, tales como la felicidad y la satisfacción personal, son los menos considerados en el análisis económico. Este documento analiza la importancia de la felicidad en la calidad de vida de los individuos desde una perspectiva económica.

Las teorías y el análisis económico tradicional pueden ser sustentados mediante el análisis cuantitativo y cualitativo de variables. Estas variables, tanto endógenas como exógenas, pueden clasificarse a su vez como objetivas y subjetivas. Concretamente, el análisis de variables objetivas se refiere al análisis de bienes tangibles tales como el acceso a los servicios de salud y educación, el producto interno bruto per cápita o bien el acceso a la vivienda en metros cuadrados. Por otro lado, el análisis de variables subjetivas se refiere al estudio de lo intangible. La satisfacción de las personas con determinado nivel de ingreso o la seguridad y satisfacción que da habitar con la familia dentro de cierta cantidad de metros cuadrados son buenos ejemplos. Sin embargo, el análisis y la interpretación de las variables subjetivas se han quedado a la zaga. Los indicadores subjetivos pueden resultar esenciales tanto para evaluar el éxito como para determinar los objetivos de políticas públicas. Sin el apoyo de la población, las políticas públicas en materia social están condenadas al fracaso en el largo plazo, ya que la población difícilmente apoyaría los programas que el gobierno implemente, puesto que se encuentra en menor o mayor grado insatisfecha. Se puede asumir entonces que la satisfacción plena o la felicidad de la población son factores fundamentales que determinan la calidad de vida entre la población.

¿Qué es felicidad?

Según Veenhoven (2001), durante siglos el término “felicidad” se ha utilizado como muletilla para todos los significados de “calidad de vida”. En filosofía prevalecieron los dos primeros significados: en la filosofía social el significado de “buenas condiciones de vida” (felicidad como buena sociedad) y en la filosofía moral el significado de “buena acción” (felicidad como virtud). En la ciencia social corriente prevalece el tercer sentido: la palabra “felicidad” se usa frecuentemente para indicar el disfrute subjetivo de la vida. El disfrute subjetivo de la vida no es un asunto unidimensional.2 Se puede disfrutar de los placeres de la vida3 pero al mismo tiempo sufrir sus tensiones; igual que a uno le puede gustar un aspecto determinado de la vida, como por ejemplo el matrimonio, al tiempo que no le gusta algún otro aspecto, como por ejemplo el trabajo. En la literatura existente sobre la “calidad de vida” subjetiva, estas apreciaciones se refieren respectivamente a las “satisfacciones de aspecto” y a las “satisfacciones de cada campo”. Estas apreciaciones parciales de la vida se distinguen de la apreciación subjetiva de “la vida en su conjunto”. De acuerdo con Veenhoven (2001), la felicidad es el grado con el cual una persona evalúa la calidad total de su vida presente, considerada en su conjunto, de manera positiva. En otras palabras, en qué manera aprecia una persona la vida que lleva. Si bien es cierto que el término “felicidad” no dice mucho, la sensación de felicidad es clara para todos. Existen sinónimos que pueden ayudar. La palabra “autosatisfacción” entraña el mismo significado y se emplea a menudo en lugar de “felicidad”. Una ventaja del término “autosatisfacción” sobre la palabra “felicidad”, según Veenhoven, es que enfatiza el carácter subjetivo del concepto. Otro sinónimo muy corriente es “bienestar subjetivo”; aunque esta frase deja claro que es el sujeto quien realiza la apreciación, no está tan claro lo que aprecia. El término no solo se utiliza para la satisfacción respecto a la vida en su conjunto, sino también para contrariedades específicas y humores pasajeros.

Otro concepto de felicidad.

En estudios anteriores, para Heylighen (1992) felicidad puede definirse como “felicidad pasajera” y “felicidad duradera”. Felicidad pasajera se refiere a un sentimiento agradable o la experiencia subjetiva del bienestar. La felicidad duradera corresponde, entonces, al predominio de sentimientos agradables en un periodo prolongado. Esto equivale al grado en el que las personas se sienten satisfechas con sus vidas en general. Aunque no es exactamente igual, este significado de felicidad es casi sinónimo de satisfacción de vida, calidad de vida o, incluso, autorrealización.

OMAR OVALLE y JAVIER MARTÍNEZ



Un gusto volver a aportar algo al blog, es algo terapéutico para su servidor, dadas las ocupaciones en el trabajo y estudios, hay que buscarse un tiempo para compartir y seguir en actividad, saludos cordiales desde Cd. Obregón Sonora!