miércoles, 4 de mayo de 2011

"Viviendo mi vida más rápido"

En 1998, Jonathan Keller compró una cámara digital bastante más cara de lo que se podía permitir. Su novia en aquel momento mostró su desacuerdo y le preguntó si la iba a utilizar todos los días. Esa frase le dio la idea de esta aventura que comenzó por casualidad y que recoge la foto diaria de este artista desde hace 12 años. 

La evolución es evidente, desde aquel primer rostro, el del estudiante de cutis fresco hasta el hombre de bigotes de 34 años que mira a la cámara. A esas 3.931 imágenes, que el New Yorker ha incluido en su archivo fotográfico solo falta el testimonio de una semana que Keller viajó a la Antártida sin su cámara.


Cada grano, corte, barba y corte de pelo que ha tenido en los últimos 12 años han sido grabados para la posteridad en una obra que sólo estará completa cuando muera.
Keller trata se seguir una misma pauta, un fondo blanco, un primer plano y en lugar de trípode, sostener la cámara con mis brazos. Para hacerse una foto solo necesita cinco segundos, aunque a veces "he tenido que dejar un partido para llegar a casa temprano y poder hacerme la foto del día".


El artista se muestra optimista sobre cómo lo tratará el tiempo. "Espero seguir el camino de George Clooney o Sean Connery que mejoran con la edad".

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